Me decidí a escribir este post por la foto que lo acompaña, estuve dando una vuelta por instagram y me encontré con @n.a.z.i.n.d.a, que, dentro de sus imagenes encotré algunas como ésta ←. Y ya que está muy de moda el CORE y como estabilizarlo, es de vital importancia hablar de sus otras funciones; el ahora conocido como CORE, es la suma de la faja tóraco abdominal + el suelo pelvico + el diafragma. Se da mucho énfasis al fortalecimiento de una zona del cuerpo que a más de tener una función de estabilidad, también presta la ENORME función de sostén, sostén de órganos internos escenciales para la vida; de tal modo, que la estructura histológica de ésta zona está compuesta en su mayoría por fibras tónicas, resistentes a la fatiga, y no por fibras fáscicas.
Hemos puesto de moda los ejericios “funcionales” para fortalecer el CORE, como si al pararnos sobre un balón o colgarnos de unas poleas la composición histológica del CORE fuera a cambiar.
También usamos la teoría de las cadenas musculares, para fortalecer el abdomen por medio de los flexores de cadera, pero si vamos a la función de cada grupo muscular, no hay cosa más contraria que fortalecer un “psoas” que se va acortando cada vez y que va a llevar a la flexión del tronco sobre la pelvis y prentender que así se estabilice y mejore nuestra postura.
Basta hacer un pequeño análisis biomecánico de la imagen que presentamos aquí, para darnos cuenta de las contracciones y co-contracciones que se generan durante un ejericio, de como estamos programando nuestro cerebro para mantener una posición de flexión constante, y a más de lo descrito en la imagen se suma también la contracción sostenida del pectoral mayor que va acentuar la cifosis mantenida durante el ejericio.
No todo lo que “estabiliza el CORE” mejora o regula la postura.